Si el panorama político en Tolima se ha visto agitado en las últimas semanas por las maniobras y declaraciones de José Elvert Hernández, conocido como “Choco”.
Después del fallo reciente de la gobernadora Adriana Magali Matiz, que muchos interpretaron como una derrota para él, Choco ha regresado al centro del debate, pero no de la manera esperada.
En un giro inesperado, Choco ha lanzado duras críticas al barretismo, en particular contra el senador Óscar Barreto. Sugiere que las administraciones deberían tener tiempo para trabajar antes de que se apresuren a lanzar candidaturas, cuestionando la prematura candidatura de Jorge Bolívar para la alcaldía de Ibagué. Esta crítica resulta irónica, dado que Choco fue uno de los primeros en anunciar su candidatura a la gobernación del Tolima a principios de este año.
Además, Choco ha insinuado que el barretismo no es el único representante del Partido Conservador en Tolima. Esta afirmación parece desconcertante, considerando su historial reciente. En los últimos dos años, ha tomado decisiones que desafían su supuesta lealtad al partido, como su falta de apoyo al candidato conservador para la alcaldía de Ibagué y en otros municipios como Cajamarca, Lérida y Santa Isabel, donde respaldó a candidatos ajenos a la colectividad conservadora.
En El Líbano, por ejemplo, vivió una ferviente batalla contra el equipo del Senador, apoyando a la hoy alcaldesa Beatriz Valencia y enfilando toda su armería contra el equipo barretista de Diego Padilla.
Estas acciones han llevado a especulaciones sobre las verdaderas intenciones de Choco. Se sugiere que su deseo era que la gobernadora Matiz perdiera el fallo para así poder postularse en unas posibles elecciones atípicas, o esto es lo que nos cuenta una fuente cercana a su equipo en El Líbano que pidió la reserva de su identidad.
Rumores indican que Choco podría estar considerando retirar su candidatura a la Gobernación para buscar una curul en la Cámara de Representantes, contrastando con la postura de Alejandro Martínez, quien ha demostrado una lealtad inquebrantable al partido, apoyando a los candidatos conservadores.
Así, el escenario político en Tolima sigue en evolución, con Choco moviéndose en un terreno que parece desafiar las normas y expectativas establecidas a nivel nacional por su Partido.
¿Qué es lo que realmente busca? Solo el tiempo dirá si sus movimientos y las acciones responderán a un plan estratégico por el poder en dos o tres años.