Para empezar, contextualizamos un poco el mapa cartográfico socio-productivo de esta cadena agrícola del departamento del Tolima, el café es uno de los principales renglones de la economía campesina en este territorio, 63.904 familias cafeteras en todo el Departamento se concentra en una actividad de pequeños campesinos y minifundios.
Por: Yeison German Guilombo Silva.
Estos caficultores se ubican entre 0.1 a 5 hectárea por cada productor, esto es igual al 85.2% de la población cafetera del Tolima , estos pequeños campesinos y minifundistas se encuentra distribuido en 1.288 veredas en un área igual a 106.857 hectáreas en 38 de 47 municipios del Tolima, cifras Comité de Cafeteros del Tolima –Sistema de Información Cafetero, SICA 31 de diciembre- 2023
En contexto económico, la cosecha 2023 reportó cerca de 1.4 millones de sacos de 60 kg café pergamino seco seco con una participación cercana al 13% de la producción nacional, para el departamento del Tolima la cosecha cafetera costo alrededor de 1.4 billones de pesos generando más de 80 mil empleos directos y 168 mil empleos indirectos.
Con respecto a precios en los mercados analizamos precios promedio 2024, los precios por carga de café de 125 kilogramos café pergamino seco con factor base de 94 para Colombia publicados por Federación Nacional de Cafeteros para el mes de febrero 2024 fue de $ 1.456.862 con tendencia a subir los siguientes meses, por ejemplo, para él mes de abril, el precio interno promedio alcanzó $1.661.933 por carga de C.P.S, aumentando un 15,4% en comparación al mes de marzo, mientras que, fue 16,0% inferior al observado hace un año, cuando la carga se ubicaba en $1.978.000.
Y en mayo 2024, el precio interno promedio alcanzó $1.596.129 por carga de 125 kg C.P.S, disminuyendo un 4,0% en comparación al mes de abril, mientras que, fue 15,8% inferior al observado hace un año, cuando la carga se ubicaba en $1.895.968. Tomado de Informe mensual de cifras, dirección de investigación económicas FNC.
Teniendo en cuenta los datos anteriores se puede decir que la economía cafetera sigue siendo el principal reglón de exportación comercial para el Tolima y la base social de la economía campesina del territorio, sin embrago me surgen estas preguntas: ¿la cosecha sí cumplió con la perspectiva de cada empresario cafetero?, ¿mejoró su producción?, ¿sus ingresos mejoraron teniendo como precio de venta lo precios del mercado?, ¿la producción y venta compensó su carga tributaría con las deudas adquiridas para el sostenimiento mientras llegaba la cosecha?, ¿fue posible que las utilidades de la cosecha le permitan a los cafeteros y sus familias viajar a la ciudad, visitar un centro comercial o visitar las playas costeras de nuestro mar caribe y atlántico? Es decir, realmente tiene mejoramiento de la calidad vida.
Puedo decir a estas preguntas que, en la mayoría de los cafeteros a pesar de vender y sacar su café a los puntos de compra, tener una garantía de precio por las cooperativas, acceder a los mercados en sus municipios, se siente un sin sabor y baja autoestima empresarial en la gran parte de campesinos. Revisemos un poco.
En los últimos 4 años, después de los precios histórico de la pandemia donde se aumentaron los precios casi el doble, para el año 2022 el precio supero la barrera de los $ 2.05 dólares libra de café, cuando antes de pandemia, 2019 precios eran de 1.2 dólares la libra, en resumen, por ejemplo, una carga de café costaba para el año 2019, $750. 000 mil pesos promedio y para el año 2022 la misma carga de café supero los $2.050.000 pesos.
Para ese entonces la perspectiva en las zonas cafeteras fue transcendental para bien y para mal, algunos cafeteros aprovecharon para pagar sus deudas en bancos o a sus acreedores, otros mejoraron sus infraestructuras, como el arreglo de sus viviendas, la compra de camionetas o incluso la ampliación de sus bienes como compra de otras fincas, que por hecho está muy bien, ¡se lo merecen! Ahora lo malo, la gran mayoría por no decir que más del 50 % de los cafeteros no renovaron sus cafetales, no invirtieron en lo principal la tecnificación de sus cafetales, no calcularon que los precios volverían a bajar.
Para este año 2024 la caficultura del departamento viene en caída en producción y productividad, esta variable es por la edad improductiva de los cafetales, la baja renovación de su área improductiva, los altos índices de broca en la cosecha y el costo en la producción principalmente en la mano de obra no calificada para la actividad de recolección en la cosecha. Para el año 2022, de las 106.883 hectáreas en café se registran más de 35 mil hectáreas envejecidas, un aumento del 10 % de su área productiva respecto al año anterior y para el año 2023 el aumento continúa pasando de 35 mil hectáreas envejecidas a 53.541 hectáreas envejecidas aproximadamente, superar el 50 % de su área productiva (Comité Tolima, Reporte diciembre de 2023.)
Teniendo en cuenta estas circunstancia puedo deducir o concluir que Las aéreas envejecidas en el departamento del Tolima, está pasando factura a las bases cafeteras, su consecuencia en la reducción de producción por hectáreas , el incremento de infestación de Broca en los cafetales , el alto costo de recolección acompañado de la escasez de mano de obra y el endeudamiento financiero están llevando a una problemática a un mayor, la emigración de jóvenes a la ciudad, la baja capacidad en la toma de decisiones empresariales, el posible retroceso a la pobreza monetaria en estas zonas campesinas, y el gran riesgo de la seguridad alimentaria y la baja económica de los cafeteros.
Sin embargo, algunas de las posibles soluciones están en la decisión de todos, en enfocar la extensión rural en cumplir su propósito, dedicar mayor tiempo en la visita a finca en procesos productivos, con temas agronómicos principalmente en aumentar la producción de manera sostenible, interrelacionar la investigación con los procesos de sostenibilidad, producción, cosecha, agroindustria y comercialización a los cafeteros del Tolima y del País.
También se puede concluir con Aunar mayor esfuerzos a través de las entidades estatales dirigidas a reducir las áreas envejecidas no solo con incentivos económicos para renovar a través de fertilizantes sino, se debe garantizar parte de las herramientas y suministros para soportar la improductividad de los casi 18 meses para volver a producir, se debe ampliar campañas de sensibilización con temas de educación financiera, ahorros programados y apuntarle a convenios interadministrativos para adquirir seguros de cosecha y reducción de tasas de interés bancaria acompañado de subsidios al capital en los primeros dos años mientras inicia la etapa productiva en los cafetales.
No podemos dimensionar la solución sin involucrar a los jóvenes y a las mujeres en los procesos administrativos y gerenciales, el valor agregado en los procesos de pos cosecha generan competitividad, permiten alternativas para competir en los mercados del mundo, el crecimiento de corredores turísticos en las zonas cafeteras y las plataformas digitales debe ser el horizonte como acciones de valor agregado en sus empresas cafeteras lideradas por los jóvenes y las mujeres,
Por último, es fundamental el acompañamiento con recursos públicos y privados en la aplicación de la ciencia tecnología e innovación a las organizaciones cafeteras como dinamizadoras de desarrollo en las veredas y municipios cafeteros del departamento del Tolima, no es posible que los productores y toda la cadena de valor de este producto no tenga un desarrollo territorial en su cadena productiva y agroindustrial.