domingo, febrero 2

La esperanza no defrauda

Este año, el obispo de Roma escribió la Bula Papal “La esperanza no defrauda” en el marco de una antigua tradición de la iglesia católica convocada cada veinticinco años llamada el jubileo. En este texto el Papa Francisco invita a la humanidad a llevar esperanza durante el 2025 a los millares de personas excluidas, olvidadas y abandonadas que carecen con frecuencia de lo necesario para vivir; personas que sobreviven en medio de la penuria y que a menudo no cuentan con una vivienda, ni la comida suficiente para cada jornada. Considerando escandaloso que, en un mundo dotado de enormes recursos, -destinados en gran parte a los armamentos-, los pobres quedan frecuentemente en el último lugar.

Por: Santiago Barreto Triana.

El Papa hace un llamado urgente para que el primer signo de esperanza de las naciones más ricas se traduzca en que el dinero que usan en armas y otros gastos militares, mejor se constituya en un Fondo mundial, que permita acabar de una vez con el hambre y trabajar en procesos de desarrollo de los países más pobres, de tal modo que sus habitantes no acudan a soluciones violentas ni se vean obligados a abandonar sus países para buscar una vida digna en otros lugares con más y mejores oportunidades.

Al mismo tiempo, hace otra invitación apremiante para que los países industrializados determinen condonar las deudas de los países que nunca podrán saldarlas a cambio de sanear los daños ecológicos históricos que estos tienen con los que aún se encuentran en sus vías de desarrollo.

Aunque parezca poco probable que estas ambiciosas propuestas se transformen en realidad debido a las condiciones actuales que atraviesa el mundo por los conflictos entre las potencias militares y económicas, lo que sí es posible y está en nuestras manos es empezar a desarmar nuestros corazones al interior de nuestras familias y sociedades para dejar de invertir nuestros recursos en peleas innecesarias que no aportan a la solución de nuestros problemas ni suman a nuestros proyectos de vida. Además, podemos empezar desde ya a saldar la deuda ecológica que cada uno de nosotros tenemos con el planeta reduciendo el consumo de residuos no aprovechables, usando más productos reutilizables y reciclando más para darle una segunda oportunidad a las cosas que desechamos.

De acuerdo con el obispo de Roma, perdonar no cambia el pasado, no puede modificar lo que ya sucedió; sin embargo, el perdón puede permitir que cambie el futuro y se viva de una manera diferente, sin rencor, sin ira ni venganza. El futuro iluminado por el perdón hace posible que el pasado se lea con otros ojos más serenos.

Los verdaderos cambios suceden de adentro hacia afuera y de abajo hacia arriba. Si queremos que algún día los lideres mundiales trabajan para que estas propuestas del Papa se materialicen, primero debemos demostrarles con nuestras acciones que si es posible y que estamos listos para que el mundo cambie. Feliz y próspero año nuevo para todos. Recuerden que cuando actuamos con fe y amor la esperanza no defrauda.

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